El videoanálisis es una herramienta muy poderosa en el deporte moderno, pero su impacto real depende de cómo se presenta a los jugadores. Una sesión de análisis mal estructurada puede generar confusión, pérdida de tiempo y desmotivación. Por el contrario, una sesión clara, breve y bien dirigida puede cambiar la mentalidad del equipo y potenciar su rendimiento.
En esta entrada te explicamos, paso a paso y con un enfoque muy sencillo, cómo organizar una sesión de análisis con tus jugadores para que sea realmente útil, productiva y bien recibida.
Paso 1: Define un objetivo claro antes de empezar
Antes de preparar cualquier video o clip, hazte esta pregunta:
¿Qué quiero que los jugadores aprendan o mejoren con esta sesión?
No intentes abarcarlo todo. Elige un foco principal.
Por ejemplo:
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Analizar cómo presionamos tras pérdida.
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Ver errores de posicionamiento en defensa.
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Mostrar aciertos en la circulación de balón.
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Corregir detalles en jugadas a balón parado.
Tip: Un solo concepto por sesión es más que suficiente. Ir al grano es mejor que mostrar demasiadas cosas sin profundidad.
Paso 2: Selecciona los clips adecuados (y edítalos bien)
Revisa el partido o entrenamiento y elige entre 4 y 8 clips clave que reflejen bien el objetivo elegido. Cada clip debe durar entre 10 y 30 segundos.
Qué tener en cuenta al elegir:
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Que el video tenga buena visibilidad del espacio y de los jugadores.
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Que la acción sea clara, no confusa o caótica.
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Que represente bien lo que se quiere corregir o destacar.
Usa herramientas como EricVideo para:
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Cortar exactamente las jugadas.
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Añadir flechas, zoom, pausas o textos que ayuden a entender el mensaje.
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Poner títulos simples: “Presión mal ejecutada”, “Buena salida de balón”, etc.
Tip: Mezcla clips positivos (para reforzar conductas) con otros que muestren fallos (para corregir).
Paso 3: Prepara el entorno y la presentación
La sesión de análisis debe realizarse en un entorno sin distracciones, cómodo y con una pantalla lo suficientemente grande para que todos vean con claridad.
Checklist previo:
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Ten lista la presentación o carpeta con los clips.
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Asegúrate de que el audio y el video funcionen correctamente.
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Ten preparado un mando o puntero para pausar o retroceder fácilmente.
Tip: Si puedes, utiliza un formato visual simple con una introducción, los clips divididos por tema y una pequeña conclusión.
Paso 4: Inicia la sesión con un contexto breve
Antes de mostrar el primer clip, explica en menos de 2 minutos:
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Qué van a ver.
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Por qué es importante.
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Qué se espera aprender.
Por ejemplo:
“Hoy vamos a ver 6 clips sobre cómo presionamos tras pérdida en la primera parte contra el rival. El objetivo es entender qué hicimos bien y qué podemos mejorar para evitar contragolpes peligrosos.”
Esto prepara mentalmente a los jugadores y les da un marco de atención claro.
Paso 5: Reproduce cada clip con una pausa para analizar
Muestra cada clip y, al terminar, pausa y lanza una pregunta sencilla al grupo:
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¿Qué detectan aquí?
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¿Qué se podría haber hecho diferente?
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¿Dónde está el error o el acierto?
Luego, como entrenador, explica tu lectura de la jugada, destacando tanto lo positivo como lo que se debe corregir.
Tip: Mantén el lenguaje simple y directo. El video debe ser un apoyo visual, no una clase teórica extensa.
Paso 6: Cierra la sesión con 3 ideas clave
Al final de la sesión, dedica 2-3 minutos para reforzar los aprendizajes:
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Resume con frases muy claras:
“Tenemos que mejorar la basculación rápida.”
“El central debe lanzar la presión, no el extremo.”
“Cuando robamos, no podemos perderla en el primer pase.”
Estas frases deben ser fáciles de recordar y aplicables en la práctica.
Paso 7: Aplica lo analizado en el próximo entrenamiento
La sesión de video no sirve de nada si no se traslada al campo. El día siguiente al análisis, incorpora ejercicios que reproduzcan las situaciones vistas:
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Si analizaste una mala presión, diseña un ejercicio con escenarios similares.
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Si corregiste el retroceso defensivo, trabaja transiciones defensa-ataque.
Esto solidifica el aprendizaje y crea conexión entre el análisis y la realidad.
Conclusión
Una buena sesión de análisis no es cuestión de cantidad, sino de claridad, brevedad y enfoque. Si eliges bien los clips, tienes un objetivo claro y sabes comunicarlo, los jugadores entenderán el mensaje y lo aplicarán.
El video no reemplaza al entrenamiento, pero lo potencia enormemente cuando se usa con inteligencia y método. Implementa estas claves y verás cómo tus sesiones se vuelven mucho más efectivas y valoradas por tus jugadores.